lunes, 23 de noviembre de 2015

Silent Hill Venezuela Parte I


Capítulo I: El Viaje.

Alfredo Guillen era un Caraqueño de unos 25 años, estaba comprometido con Xiomara Terranova, la conoció en la universidad hace algunos años. En un principio solo eran compañeros en algunas materias y hablaban casualmente, Alfredo parecía siempre ocupado, siempre estresado, Xiomara por su lado era un poco más relajada, era de estar a la moda, ser genial, colocar boca de patito para las fotos y eso.

Alfredo estaba muy enfocado en su carrera, era muy serio y parecía estar ansioso por terminar de una vez la carrera. En un punto de la carrera, algo cambio que hizo que Alfredo se le viera más relajado, más tranquilo. Ahora estaban por terminar su carrera en la UCAB de educación integral y estaban tramitando los papeles para irse del país a ejercer a otro lugar sin dictadura comunista, sin control de cambio, sin revolución.

Alfredo le aprobaron el cupo de CADIVI(organismo que era utilizado para controlar el tráfico de Divisas) para poder viajar al exterior, pero aun no estaban listos los papeles de su título, le tocaría viajar a él solo, porque a Xiomara aún no se lo habían aprobado.

Ya había comprado pasaje para ir a Estados Unidos, a California donde tenía unos amigos de la infancia esperándolo y unos primos. Por supuesto que el objetivo era raspar el cupo y traerse los dólares y venderlos en el mercado negro, donde costaban diez veces lo que costaba en el mercado oficial, reunir esa plata para poder comprar el pasaje para el año entrante, cuando por fin, con el favor de Dios, se iría de Venezuela a buscar suerte en otras locaciones.

                Llegó el día en que saldría el viaje, en el aeropuerto estaban para despedirlo su mamá, su hermana mayor, su hermano menor y su novia. No es que el no fuera un tipo impopular o desagradable es que casi nadie sabía de aquel viaje.

                Llegaron en taxi al aeropuerto, la carrera le costó lo mismo que una semana y media de trabajo para un profesor, dinero que pago con rabia y pensando, por eso es que me quiero ir de este sitio, con rabia, pero a la vez con aquella dura nostalgia del que abandona su tierra por necesidad o por obligación y no por placer.

Agarro sus maletas sin decirle gracias al taxista, sentía que era como decirle gracias a un ladrón por acabarle de robar, claro que él entendía que el taxista es un trabajador padre de familia como cualquiera otro trabajador, pero esta frustración continua no tenía cara específica, la culpa era del gobierno por corrupto, de la oposición por pusilánime y cooperativista, de la gente por votar por estos locos, de él por no haberse ido antes, de todos y de nadie.

                Coño que caro se ha vuelto toda vaina nojoda— Dijo la mamá de Alfredo, la señora Maritza.

                Pero tenemos patria señora Maritza— dijo en torno sarcástico Xiomara.

                Si mija, más Patria de la que deberíamos— Le respondió el señor Pedro papá de Alfredo.
Pero bueno papá, enfoquémonos en lo que nos interesa.— Dijo Maritcita, la hija mayor de los Guillen, simpatizante con el gobierno.

Si, claro hazte la loca. Por los que votaron por este desastre es que estamos como estamos— Dijo William, el hermano menor de Alfredo. 

Iban pasando al lado de un militar de los tantos que están en el aeropuerto, voltearon a mirarlos, pero el militar no pareció haberlos escuchado y si los escuchó, quizás no les importo o quizás estaba acostumbrado ya ha escuchar ese tipo de cosas, o quizás el mismo las pensaba.

                Iban de camino a hacer el “check in” del pasaje cuando a Alfredo le sonó el teléfono, al revisarlo era un mensaje de un número que terminaba en 1371. Él ya sabía quién podía ser, elimino el mensaje sin más, no sin colocar cara de preocupación y luego de fastidio, pero ¿Qué era lo que le fastidiaba? Xiomara lo estaba viendo y reconoció en Alfredo aquel viejo gesto de preocupación, su mamá volteaba incómoda para otra parte.

                Hubo un momento incómodo para todos en aquel anden, pero Xiomara rompió el silencio.
Bueno amor, aquí estamos, te amo con todo mi corazón, te voy a extrañar.

Bueno hermano, si puedes tráeme un Play 4, que salió hace poco y aún aquí no ha llegado. Dijo William

Si claro, me voy a gastar los cuatro dólares cagados que nos dan en un aparato de esos. Le dijo a su hermano.

La señora Maritza con lágrimas en la cara lo abrazó y le dio un par de besos. Cuidate mucho hijo mío. Que Dios te guarde.

Coño mamá deja el drama ni que se fuera para Vietnam. Le dijo William

Chao hijo, le dijo el señor Pedro, pero antes de darle un abrazo a Alfredo le dio un coscorrón a William.

Volvió Xiomara y lo beso largamente y lo apretó contra su cuerpo, era muy duro despedirse de él.
                Al final se despidió de todos ellos y se embarcó en el vuelo que lo llevaría a los Estados Unidos.

Silent Hill (una breve y simple opinión)


Primero que nada, tengo que decir que el trabajo que el “Equipo Silent Hill” hizo con sus Silent Hills es monumental, como se pasaron meses leyendo novelas de terror, viendo y buscando que era aquello que producía más miedo. Dieron con una formula la que consideraron era, la fórmula del verdadero terror, el terror psicológico. Viéndolo desde un punto de vista pragmático es lógico, pues no hay peor terror que el que tu propia mente que sabe cuáles son tus peores miedos te presenta.

De adolescente jugué Silent Hill sin entender ni una sola palabra de inglés y sin embargo, pase horas y horas de entretenimiento y terror. De adulto ahora con un inglés más avanzado y una mente un poco más madura, me quedo pasmado de ver lo que el “Team Silent Hill” logró en aquel entonces. La gente dice que “Homecoming” es el peor, aún en la voz de Yamahoka a quien invitarón a que colaborara con la música, para él, este era el peor de los Silent hill pues se alejaba mucho de su esencia japonesa. Sí, se alejaron del terror japonés que era parte de la esencia del juego, pero en mi opinión hicieron un muy buen trabajo. Apartando la segunda entrega de Silent Hill 2, la de “homecoming” es de las historias que más me gustó.

Este es el intento de un “fiebruo” (como le dicen en mi país a los gamers, o como le decían en los 90´s), de hacerle un tributo a uno de los que sigue siendo uno de mis juegos favoritos.


Son miles las cosas que podría decir de este juego, pero serían cosas que podrías averiguar en internet en foros y entrevistas, prefiero hacer un tributo creando una historia ambientada en ese meta verso malévolo y hostil que se encuentra en el pueblo de “Silent Hill”, espero que le guste y la disfruten.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Resident Evil Venezuela Cap IV



Capítulo IV

Si, regreso a casa.

Edgar corría dejando a los otros a la merced de su destino, y por los gritos, rugidos y alaridos que escuchaba debía ser un muy cruel destino. Él tenía que pensar en sus hijos y en su mujer, en los suyos. Tratando de volver lo antes posible, no iba solo, había un río de gente corriendo, se escuchaban disparos a lo lejos y algunas explosiones. Se veía casas y ranchos incendiados y columnas de humo subiendo al cielo por aquí y por allá. La cabeza de Edgar era un remolino de pensamientos y temores, ¿Qué era todo aquello? ¿Significaba todo eso que había llegado el tan esperado fin de la humanidad?

A lo lejos se acercaba un jeep de la GNB, en dirección contraria a la que se dirigía ahora pero en dirección correcta a donde se dirigió antes de estrellarse. A bordo venían tres soldados, al verlo disminuyeron la velocidad deteniéndose frente a él, la gente se le acercaba a la unidad pero estos soldados gritaban a la gente y les apuntaban con sus armas de reglamento para que se alejaran del vehículo, al estar cerca vieron el uniforme las rayas y le saludaron. Edgar era de rango superior a todos los que iban en el vehículo.

¿Cómo está mi Teniente?, hay orden de asistir de inmediato al aeropuerto, ¿lo llevamos?— Pregunto uno de los soldados en tono muy serio.

Edgar sin titubeo le dijo: Mira dejémonos de formalismos, esto se fue al carajo, no ves que hay humo por todos lados, situación en el aeropuerto es desastrosa, hay ordenes de que todo mundo regrese a su casa y proteja los suyos.— Le dijo sin pestañear, sin titubear, era un buen mentiroso.

¿Cómo así teniente?— Preguntó uno de ellos.

Mijo que todo se fue al carajo, que ya no hay aeropuerto que resguardar. Nos ordenaron retirada, que cada quien resguarde a los suyos— Un poco enojado, sentía que estaban perdiendo un valioso tiempo ahí.

Ellos se miraron entre sí, a lo mejor confundidos por esa contra orden y por el hecho de que les dijeran que el aeropuerto estaba perdido. El Aeropuerto Internacional Simón Bolívar era el lugar más importante de todo el país por ahí estaban llegando las divisas, los inmigrantes, las medicinas, la comida, en fin todos los recursos múltiples.

Bueno súbase mi Teniente y demos la vuelta, déjenos llevarlo a su casa— Le dijo uno de los que iba en el vehículo tendiéndole la mano para que la asiera.

Coño bien por esa— Le dijo Edgar aliviado, tendiéndoles una mano para que lo ayudaran a subir, él creía que ellos lo hacían por su rango, pero sabía que tenía que separarse de ellos en algún momento sabrían que les había mentido y no tenía tiempo para perderlo en estupideces.

Se subió al vehículo, la gente seguía de largo, nadie veía en ellos alguna posibilidad de protección o ayuda, algunas pocas mujeres histéricas les gritaban improperios y otras gritos de socorro, la gente les temía. Solo la chica aquella que, no importa, pensó; eso ya está en el pasado.

Al dar la vuelta en “u”, tratando de maniobrar y evitar a los desesperados transeúntes, el jeep se embarrancó, se fue por el borde del camino dando tumbos. Los soldados mentaban madres, maldecían y se agarraban como podían, Edgar se agarró como pudo a lo primero que vio. Fueron a dar de frente contra un árbol. Edgar salió disparado y rodó unos metros más abajo, dando tumbos y golpeándose con piedras y ramas. Los demás solo sufrieron golpes leves, uno de ellos, el que iba al volante quedo inconsciente, el golpe con el volante le había dejado sin aire.

Edgar salió disparado por encima del parabrisas por suerte era un vehículo descapotado, sino se hubiese triturado el cráneo, cayó y rodo a unos cinco metros del vehículo. cuando se detuvo al fin, estaba todo golpeado por todos lados y con rasguños en la cara el pecho la espalda, las piernas, la camisa le había quedado rasgada con sendos huecos, los brazos le sangraban donde se le había rasgado la piel. Se levantó en lo que recupero control de sí mismo, estaba muy adolorido pero sentía alivio de no haberse roto nada, y una ira rampante que le encendía la sien y las orejas. estaba de rodillas, mirándose las heridas, un poco mareado.

Ineptos de mierda— dijo en voz alta. Temía que el jeep estuviese roto y tendría que seguir su camino a pie. La pendiente por donde cayó no era muy empinada, así que a gatas poco a poco fue escalando. Cuando ya estuvo cerca del chofer, vio que el chofer estaba inconsciente y los demás estaban todos atolondrados por el golpe y con cara de susto al ver que su compañero no respondía.

¡¿Pero qué coño fue lo que paso pues?!—Exclamó con rabia.

Los otros dos se miraron mutuamente y al final uno de ellos dijo— nos escoñetamos, mi teniente.

se quedaron viendo en silencio y no pudo evitarlo, una carcajada espontanea le salió de las entrañas, en cierta forma estaba alegre de no haberse matado.

Y ahora este idiota desmayado— dijo Edgar en medio de las risas—ni yo que caí por allá por el coño, salí disparado como un delfín fuera del agua. todos reían como dementes. ¿Qué no se despierte para ver quien coño lo va a cargar?— risas histéricas de nuevo— él es el que casi nos mata y el que termina desmayado el muy pendejo— mucho más risas y lágrimas.

Cuando se calmaron un poco más, les pidió que le dijeran sus nombres:

Emilio Lovera señor, sí, como el comediante— un soldado alto, de cabello rojizo y musculoso.

Solo de nombre, de resto no te pareces en nada más a Emilio ¿y usted soldado?— ya estaban recuperando el aliento por completo.

Mi nombre es Marcos Campos mi teniente— Marcos era moreno de estatura media, ojos claros y delgado.

¿Y esta maravilla como se llama? – Preguntó Edgar colocándole la mano en la espalda al chofer desmayado.

Anibal Lopez, se llama ese pendejo— Y volvieron a reír los tres.

Mi nombre es Edgar Falcón. Marcos vente conmigo vigilemos mientras Anibal reacciona, tu Emilio trata de resucitar a Anibal, cuando vuelva en sí, avisa— Les dijo y luego se alejó un poco del jeep.

Marcos fue y sacó un nueve milímetros y se puso dos cargadores en los bolsillos del pantalón, siguió a Edgar.

Habían arboles de distintas especies,  pero lo que lo desconcertaba era que no se escuchaban casi insectos o animales aquella pasividad en la naturaleza  los hacía sentir nerviosos.

¿Cuéntame Marcos tienes familia?— Le preguntó, sin mirarlo, estaba registrando los alrededores con la mirada.

Marcos le iba a responder cuando escucharon lo que parecía un rugido, lejano pero terrible.

Quedaron los dos muy callados, se vieron la cara el uno del otro por poco menos de un segundo y luego se pusieron muy alertas.

<<clack, clack>> Se escuchaban sonidos como de ramas quebrándose, o ¿Eran árboles enteros los que se quebraban? una especie de respiración profunda y grutural se sentía más que escucharse

Miraban a todos lados, a la expectativa.

Marcos preguntó en un susurro— ¿Qué crees que fue eso?

Chito, cállate coño— Le dijo con severidad Edgar a Marcos levantando la mano derecha abierta hacia la cara del otro.

De repente, a lo lejos lo vieron, una masa de carne enorme con el tamaño de un volvagen escarabajo de los antiguos, no lograban detallarlo bien que era porque estaba a los lejos, venía caminando agazapado, como al asecho. Tenía forma felina pero estaba despellejado, literalmente, no tenía piel, solo músculos expuestos, era horrendo, con unos ojos rojos por completo en una cabeza inmensa, lo peor es que aquella cabeza no tenía boca, solo dos grandes horribles ojos rojos, como si el humor acuoso fuera pura sangre y una raya negra vertical que se movía de un lado a otro, se detenía, levantaba la cabeza como olfateando. No tenía oídos o nariz, al menos a esa distancia no se le veían.

Edgar se dio la vuelta al punto y salió corriendo, Marcos estaba tratando de verlo mejor, de detallarlo, de hecho había sacado el móvil, que en aquel entonces solo servía para grabar vídeos, tomar fotos y lo que sea, menos para comunicarse ya que no habían compañías telefónicas.

Marcos grito— Verga chamo pero ¿Qué es eso?

Edgar por los nervios le grito también— cállate inepto de mierda que nos va a escuchar— Mientras se dirigía al jeep a toda velocidad, se buscó en la pistolera de la pierna y su beretta ya no estaba ahí. El fusil lo había colocado a un lado en el jeep en lo que se subió y no tenía idea donde estaba.

La cosa aquella rugió y Edgar supo que ya los había detectado.

Se escucharon unos pasos acelerados que quebraban ramas y estremecía los árboles cuando los tropezaba al correr. Edgar ya estaba de regreso en el Jeep cuando se escuchó un grito de espanto, de Marcos, otro rugido y luego carne rasgándose, huesos quebrándose y el grito desesperado de agonía tortuosa.

Se acercó corriendo a al jeep donde aún estaba Anibal desmayado y Emilio tratando de reanimarlo, seguía en el puesto del chofer. Emilio vio la expresión de pánico, casi de demencia que traía Edgar, el mismo había escuchado los gritos y los rugidos. Sin decir palabra, saltó a la parte de atrás del jeep, metió las manos debajo de las axilas de Anibal y lo sacó del asiento del conductor.

Déjalo ahí y arranca— Le grito Edgar, subiéndose al asiento del copiloto, mientras ya Emilio ocupaba el del conductor nuevamente, agarró las llaves del encendedor y las giró.

El motor del jeep, hizo un sonido casi un gemido y no arrancó, giro de nuevo la llave, el sonido del motor fue el mismo pero no encendió.

¿Teniente qué fue lo que pasó?— Le pregunto Emilio a Edgar con angustia en la voz, mientras miraba seguía intentando que el jeep encendiera.

Esta mierda no arranca, maldita sea, arranca maldito carro— Dijo sin esperar a que Edgar le contara, de hecho Edgar no tenía pensado decir palabra alguna, él no sabía que es lo que había pasado, Emilio creció en un hogar cristiano y no le gustaba maldecir pero en aquel momento, estaba fuera de sí.

Repentinamente Edgar comenzó a darle cachetadas a Anibal que nada que reaccionaba, gritándole. Despierta pendejo del coño que nos vamos a morir aquí.

El rugido cada vez más cerca. El vehículo encendió, Emilio metió la reversa, y piso el acelerador a fondo. Vieron de frente como venía la bestia, la cosa, aquel ser infernal salido como de una pesadilla.

Llegaron de retroceso hasta la autopista nuevamente de un brinco en retroceso, y fueron a dar con el parachoques trasero contra la piedra de la falda de la montaña por donde pasaba el camino. Vieron cuando la bestia salto a la autopista pero se le abalanzo encima a otras personas que estaban pasando por ahí. Entonces presenciaron lo peor de aquel horror, el ser aquel se levantó sobre sus cuartos traseros y en el medio del pecho tenía una abertura con dientes afilados como navajas y cuatro largas tenazas, por donde engullía a los que antes despedazaba. En un momento en el que la bestia estuvo de espaldas a Edgar, le pareció que de la espalda de aquella cosa salió un ojo miró a todos lados y luego desapareció.


Estaban los dos con la boca abierta viendo aquella carnicería, cuando un hombre con uniforme de policía se montó de un brinco en el jeep y le grito que salieran de allí. y así lo hicieron chirriando y quemando cauchos.


sábado, 14 de noviembre de 2015

Resident Evil Venezuela Cap III


Resident Evil Venezuela
Capítulo III

Al areopuerto… ¿o mejor regreso casa?

Edgar comenzó a trotar en dirección al aeropuerto aún estaba bastante lejos para ir a pie. Pero igual él quería cumplir con el llamado del deber, aunque una gran parte de él le decía que se volviera con su familia .

La gente desesperada le gritaba que le ayudara, que por favor hiciera algo, algunos simplemente lo miraban con miedo del Fusil que llevaba a cuestas, cruzándole el pecho. Edgar estaba en buena forma porque de un tiempo para acá, el entrenamiento era obligatorio y después de una hora trotando, Edgar aún se encontraba a dos horas de camino del aeropuerto cuando escucho una tremenda explosión a lo lejos. Estaba todo sudado, cansado, con hambre y de paso cada vez más asustado. A su lado pasaba gente ensangrentada, gente llorando desesperada, mucha gente de distintas apariencias, blancos, negros, morenos, chinos, rubios, etc.

En eso a lo lejos vio gente tirada en el suelo revolcándose, siendo atacadas por más gente, aquello era de pesadilla, él solo había visto situaciones así en las colas para comprar comidas a precios regulados, pero por mucho que se caían a golpes, no se mataban a mordiscos.

Él supo inmediatamente lo que tenía que hacer, mando todo al carajo y se emprendió el camino de vuelta a casa, si todo se estaba yendo al carajo él tenía que estar con su familia. En eso una chica adolescente se le sujeto del brazo y llorando le pidió a los gritos que ayudara a su papá por favor. Edgar, la miró y calculo que tendría menos de veinte años. Le dio lastima verla tan desesperada.

Está bien mamita, tranquila cálmate, yo voy a ayudarte. Dime ¿Donde está tu papá?— Le dijo mirándola a los ojos.

Es aquel que esta allá  tirado en el suelo, esos dos idiotas lo están atacando. Se dio cuenta por el acento que era extranjera,  era muy hermosa.

Era un hombre como de cuarenta y tantos años, de cabello prematuramente canoso y delgado, estaba tirando en el suelo boca arriba defendiéndose con manos y piernas de un gordo alto con los ojos blancos y los labios llenos de sangre la mancha de sangre llegaba hasta el pecho, su cuerpo estaba muy herido, le faltaban pedazos de carne, tenía huecos horrendos, estaba tratando de comérselo vivo o al menos morderlo, el otro era un muchacho delgado, en camiseta, gorra y lentes oscuros que no se le veían heridas,  parecía tantear de vez en cuando al padre de la chica.

Edgar en un principio le pareció confuso aquello pero luego se dio cuenta de lo que estaba viendo, al padre de la chica lo estaba atacando uno de los zombis de los que hablaban los rumores y el otro era simplemente un ladrón aprovechándose de la situación para robar al extranjero, aquello le dejó sorprendido y enojado.

Edgar corriendo hacia la escena con la chica siguiéndole los pasos, levantó el Fusil, le quito el seguro y disparo dos veces al aire. El primer disparo hizo que el ladrón, volteara blanco del miedo y en un pis pas, ya había desaparecido corriendo, el gordo ni se inmuto.

Edgar se terminó de acercar corriendo y le dio una patada en la cara al gordo que estaba encima del padre de la chica, este cayó de lado, y antes que siquiera pudiera intentar reponerse Edgar había visto suficientes películas de zombis para saber dónde apuntar. Le voló la cabeza al zombi que quedo inerte en el suelo.

La chica se acercó al señor llorando y gritando, párate papá rápido, le sujeto por la mano y lo ayudo a ponerse en pie. Desafortunadamente tenía una herida en una de sus manos y en el hombro izquierdo.

Se volvió hacía el señor y le pregunto cómo estaba, este no le respondió nada, ni le dio las gracias ni nada, solo agarro a la chica del brazo y le dijo nos vamos, sígueme. hizo lo que a Edgar le pareció una estupidez. Empezó a bajar por una pendiente que quedaba al lado del camino. El trato de detenerlo, de hablar con él para que lo siguiera pero no hubo manera, de hecho en ningún momento este hombre lo miro ni nada.

Edgar se quedó viéndolos mientras bajanban la pendiente, la chica tenía un short corto de jean recortado que terminaban es hilachas y la chica tenía piernas largas y delgadas. Edgar la miró alejarse un poco apenado y sintiendo lastima  Se estaban alejando cuando, escucho otra vez los chillidos del ladrón que venía en la dirección en la que desapareció corriendo.

Solo pensó que te jodan, mal nacido coño-e-tu-madre. Que en vez de ayudar al señor lo estaban robando animal de mierda, pensó con ira e indignación.

Otro grito a lo lejos, en ese momento miró hacía la bajada por donde  la chica y su padre habían partido. Vio al señor tirado en el suelo forcejeando con otro sujeto que parecía infectado y cuatro más se acercaban desde distintas direcciones, los tenían rodeados, la chica ya había emprendido su carrera hacía el gritando que le ayudara.

Edgar volteó vio a la chica y se dijo así mismo—  que se jodan, por necios—  y salió corriendo. Eso fue terrible de su parte pero el tenía que volver con su familia y no se haría matar por nadie. La chica seguía detrás de él gritando, pero Edgar solo quería volver con su familia.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Resident Evil Venezuela Capítulo II

Capítulo II
Todo cambió

                                               

Como todo militar de aquellas coordenadas, supo cómo sacar ventaja del desastre en el que le tocó “colocar orden”. Edgar se las arregló para conocer a Enma Rowlling una hermosa británica con la que a través de un inglés bastante básico y un lenguaje de señas, se pudo comunicar. Ella le contó que Enma estaba sola y era soltera, sus padres se había quedado atrás en Yate de donde era oriunda, a ella el “evento” le había agarrado en Estados Unidos donde se había presentado para hacer un casting sobre una serie de “muertos que caminan”, irónicamente. A sus treinta y dos años era una mujer blanca de cabello negro azabache, unos ojos de un verde increíble y cuerpo de gimnasta, era tan alta que podía mirar a Edgar a los ojos y Edgar medía un metro ochenta.

Edgar un hombre bastante criollo, de cabello crespo, ojos oscuros, nariz grande y labios gruesos, no era particularmente atractivo.  Viendo a Enma se sentía horrendo ¿Cómo era posible tanta hermosura? No dejaba de pensar.  La había subido a un Jeep e iba tratando de sacarle conversa en la medida de lo que su inglés guachi-guachi le permitía. Tratando de distraerla para que no se fijara en el panorama de casitas de bloque desnudo aglomeradas unas sobre otras cubriendo la montaña, un caos penoso de pobreza y desorden inimaginable. Para alejar su mirada de aquel ranchero, Edgar trataba de sacarle conversa,  pero era inútil, Enma iba hipnotizada viendo esa vista, en su país aquellos paisajes no existían, bueno cuando aún existía su país. 

Para él era muy difícil tratar de deducir que era lo que iba pensando en aquel momento, cuando ni siquiera podía saber bien lo que decía. Otra vez se sintió feo, sintió un poco de vergüenza, nunca antes la había sentido, pues para él, oriundo de estos parajes las cosas siempre habían sido así, lo normal era aquello, el rancho, la música a todo volumen en cada casa, la gente en pijama en la calle, los perros callejeros, etc; lo normal, antes que todo se fuera al desague producto del hambre, la crisis, la guerra civil y todo lo demás.

Él le dijo que tenía hijos, ella por supuesto no tenía. Él le comentó un poco a los golpes, los detalles de su carrera como militar, que a la verdad, no era gran cosa, ella era graduada en algo pero el no pudo entender en que.

Edgar no se le ocurrió mejor cosa que llevarla a la casa, eso fue lo que le pareció más natural por hacer. Quizás su esposa aceptaría que durmiera en la casa con ellos. 

Alejándose del aeropuerto en un amino serpernteante, a lo lejos se veía el mar, olía a sal, había mucho verde por todos lados, grama, arboles, pequeñas montañas, el verde de los militares en las múltiples alcabalas que Edgar supero con solo un saludo. En un desvío a la izquierda, un camino de tierra escalaba por la falda de una montaña, arriba se veían las asitas aglomeradas, apretujadas, muchas estaban en ruinas, perros flacos por todos lados, gatos con mirada desesperada, ratas de tamaños impresionantes, muchas aves de distintas especies.  

Apartado de todo aquello se encontraba la casa de Edgar, de paredes altas y un portón negro con varios candados. Después de traspasar el portón habían llegado, él sabía que su casa no le impresionaría pero la reacción de Enma fue muy distinta a eso, la cara de Enma era de perplejidad.

Al bajarse del auto, mando a callar a los cuatro perros de distintas razas que tenía en el patio pero luego salieron los tres hijos de Edgar que vivían con él corriendo a saludarlo,  eran sus hijos. 

Andrea de seis años, Estefany de diez años y  Tomas su hijo putativo, el mayor de doce años. Los otras dos hijas de Edgar, Susana, Daniela, Angélica y Karina estaban con sus respectivas madres, él no sabía nada de ellas desde que se dejó de sus madres, pero ellas eran un peso tremendo en su conciencia.

“Hola hijos como están, los extrañe ¿extrañaron a papá?”— se agacho a abrazarlos a todos, en una escena en la que pretendía parecer un excelente papá cariñoso, los niños se miraban entre si extrañados y miraban a la muchacha que estaba parada junto a la puerta del jeep. Su papá normalmente era un patan frío, amargado, gritón y abusivo.

Papá ¿Quién es ella? – Preguntó Tomas, con los ojos que casi se le salían de la cara de lo impresionado que estaba.

Hijo te presento a una amiga Enma, Enma estos son mis hijos. Y los presentó lo mejor que pudo. Sin aclarar que Tomas no era de él, él lo quería como suyo. Enma les saludo tímidamente y luego salió de la casa Yelitza, la mujer de Edgar.

No dijo nada, solo se quedó parada mirando a Enma de arriba abajo lentamente detallandola, destrozándola en su cabeza, la cara se le estaba poniendo roja y la mirada tenía un toque demente.

Hola Yelitza—tragando un poco de saliba— te presento a Enma, una gringa que me ordenaron—se detuvo y dudo un poco—  que escoltara desde el aeropuerto y la llevara a un lugar seguro.— La señalaba con la mano abierta en ese intento tan absurdo de engañar a la que vive con ellos todos los días, le conoce las mañas, las costumbres y por supuesto hasta la manera en que mientes. Claro,  no era que Edgar tuviese miedo de Yelitza. pues en aquellas circunstancias, ella necesitaba más de él, que él de ella, lo que no quería una epataleta que lo avergonzara.

Lo único que había hecho Yelitza toda la vida desde que Edgar la conoció fue tener un trasero grande y una mirada coqueta, más allá de eso, Yelitza se había conformado muy bien con el papel de la mujer mantenida, ósea nunca se preocupó por estudiar, o hacer algo por ella misma, y en aquellas circunstancias ser la mujer(o una de las mujeres) de un militar, era bastante cómodo en consideración del caos y el desastre que en general había por aquellos días apocalípticos. Por eso se hizo la loca con el rumor de que la hija de su prima Jessica eran medio hermano de sus hijos y lo peor es que hasta se parecía a él, pero no le quedaba más opción vivir con ello.

Solo se limitó a decir: “mmn…” con los brazos cruzados debajo de los senos. Se dio la vuelta parando a lo más que podía el trasero y se metió en la casa. Yelitza era una mujer bajita y hermosa de un metro sesenta y caderas prominentes, de pies pequeños y hermosos, senos naturales bastante generosos, una de las bellezas caribeñas, tenía un short corto y unas sandalitas de estar en casa, tenía los muslos descubierto, Edgar la miro al alejarse, le encantaban las piernas de su esposa.  

Edgar volteó a mirar a Enma apenado, los hijos de Edgar todos hablaban a la vez
Luego todos los demás le siguieron, todo esto ocurrió mientras los perros ladraban todos a la vez como dementes. él les mando a callar con un grito, luego les hizo señas a Enma para que le siguiera.

La sala de la casa era grande, paredes blancas decoraciones en yeso y mármol. Aire acondicionado y 5 televisores pantallas planas en las paredes, en distintas paredes. Yelitza llamo a la mesa a comer. Cuando se sentaron a la mesa, llevaban poco tiempo de estar comiendo cuando Edgar recibió una llamada donde le ordenaban presentarse en el aeropuerto de inmediato, dejó a Enma con su esposa, en su casa a la mesa y salió. Se preguntaba si era una mala idea haber dejado a Enma sola con su esposa.

Corrió al Jeep, abrió la puerta, metió la llave en el arranque y salió pitando, por radio le dijeron que era código “rojo”, eso significaba que la situación era un desastre total.

De lejos se veía el aeropuerto y vio una columna de humo que se elevaba como desde la pista de despegue y acelero lo más que pudo, el camino serpenteaba y estaba en pésimas condiciones, por supuesto no se invirtió en comida para la gente, menos en vialidad. Mientras más se acercaba al aeropuerto eran más grandes los grupos de personas que se encontraba en la calle, corriendo por el camino de manera despavorida, algunos le gritaban que se diera la vuelta, otros que se apurara, unos cuantos llevaban batas y uniformes como los que usaban los médicos en el edificio de cuarentena, otros iban uniformados de militares, ya no quedaban casi cuerpos policiales pero aún se veían de vez en cuando, la mayoría tenía miradas de pavor en sus caras, la gente corría y gritaba de una manera demencial empujándose unos a otros como locos.. En un tramo de la autopista por donde se llegaba al aeropuerto, el camino que era recto y largo pero en una de las pocas curvas pronunciadas y peligrosas sucedió algo…

Uno de los postes de energía eléctrica se vino abajo y Edgar tuvo que dar un volantazo para evitarlo y lo esquivó en el momento preciso pero cuando volteó a mirar atrás, golpeó una roca que sobresalía a un lado de la montaña, se dio un tremendo golpe en el pecho con el volante que se sacó  el aire, quedó mareado y un poco lelo.

¿Mierda y ahora que voy a hacer? – se preguntó a sí mismo tratando de recuperar el oxígeno. Ahora si es verdad que estoy jodido, primero saco el culito ese del aeropuerto sin cobrarle y ahora arruine el jeep contra la mal parida roca esta del coño, coño-e-la-madre. Siguió hablando consigo mismo, mientras se sobaba él pecho en el que tenía un intenso dolor.

Se bajó del coche levantó la tapa del motor y si, el radiador se había partido en dos o algo así parecía y sospechaba que el tren de dirección se había hecho trizas o al menos doblado, sabía muy poco de mecánica.  Fue a la parte de atrás del jeep donde debajo de una lona estaba oculto un FAL de los que se usan como reglamento en el ejército y las fuerzas armadas.  Revisó que tuviese balas, agarro dos cargadores que tenía en el carro y se dispuso a seguir a pie, no sin antes asegurarse de que su nueve beretta en la pistolera del muslo derecho siguiera ahí, y no estaba, coño pensó. Fue a la parte de adelante del jeep y la enontró tirada debajo del asiento, debió habérsele salido con el golpe de la colisión. La gente pasaba corriendo, Edgar trago saliva, se ajustó la gorra y emprendió su camino hacia el aeropuerto. 





jueves, 12 de noviembre de 2015

Gente que Inspira


Estoy viendo(si, aún no lo he terminado de ver) un documental acerca de la creación,el desarrollo y el éxito de "minecraft". Un juego que fue programado en Estocolmo. La verdad son infinidades las cosas que me gustan del documental, <<Spoiler Alert>>como el hecho de que para el crear "minecraft" fue en sus tiempos de ocio.
Que luego que con la versión Beta se dio cuenta que el proyecto era más grande de lo que el se imaginó armo la compañía Mojang para terminar el proyecto. Pero sobre todo este pedazo que parafrasie y traslade al español.

"Cuando era niño y fantaseaba con conocer a John Carmack(creador-Programador de Doom) me decía a mi mismo sería fantástico conocer a ese hombre porque ese hombre, no es un hombre, es una fuerza de la naturaleza y ahora la gente se me acerca y me dice, eres el John Carmack de esta generación. yo les digo gracias pero de ninguna manera me comparo con Carmack" Markus Notch Persson creador de Mojang y de Minecraft. #Respect

Es de admirar cuando alguien en sus quince minutos de fama reconoce abiertamente admiración por el trabajo de otro.

Hoy los gamers están todos babeados de admiración por los juegos y pocos se preguntan, quien o quienes están detrás de este juego. Y, que quería transmitir con el. De verdad, que delicia disfrutar del genio de los que "hacen", pero también conocerles y sobre todo tratar de entender que los inspiro. Y es doloroso escucharlos decir demencias como que Shigeru y la Nintendo ya pasaron de moda o ya no les queda futuro. Si eres gamer no tengo que explicar lo absurdo que es decir eso pero lo hare de todas maneras: "Que fastidio con Shakespeare(salvando las diferencias) son obras de teatros viejas, yo prefiero titanes del pacifico"... y así.

lunes, 9 de noviembre de 2015

Resident Evil Venezuela Cap I





Capítulo I. Anormalidad de costumbre.
En las grandes potencias económicas y militares de nuestro pequeño mundo, en un abrir y cerrar de ojos una catástrofe mundial las dejó casi completamente en ruinas. Nadie sabe bien porque, pero los rumores y lo que decían los noticieros por internet y televisión es que hubo un brote de un virus mortal. Las especificaciones de tal virus eran muy complejas en definitiva y para ahorrar tiempo se puede decir que era poco lo que se decía en realidad de aquel virus, pero lo que si repetían en todos los medios informativos no formales, era  que no solo mataba a su portador sino que le reanimaba ya muerto, lo volvía un zombi, en una máquina de matar, de comer carne y que en algunos caso mutaba al sujeto portador del virus, y que las mutaciones en algunos casos eran criaturas tan espantosas como letales, salidas de las peores pesadillas. Se oían millones de historias distintas., mutaciones de animales, supuestas desapariciones de ciudades enteras por explosiones de bombas nucleares, historia de sobrevivientes, la muerte de muchas celebridades, etc. Ese tema daba para millones de historias distintas, casi todas transmitidas de boca en boca, el silencio de los gobiernos respecto al tema era inaudito al punto que ya nadie sabía bien que pensar.
   
Varios de los rumores decían que en algunos casos, habían mutado los infectados en monstruos difíciles de describir, animales y seres horrendos, inimaginablemente poderosos y letales. Los muchos gobiernos del mundo culpaban a las potencias del mundo en su búsqueda maldita de nuevas formas de destruir la vida, las potencias culpaban a los terroristas, los religiosos al diablo. Todos tenían a quien culpar, unos pocos sabían la verdad, unos pocos relacionaban aquella hecatombe con la compañía Umbrella.

La ironía llego al tope cuando los ciudadanos de estos países que se consideraron paraísos en la tierra, acostumbrados a ver a los ciudadanos del resto del mundo como inferiores, con ciudades amuralladas, ejercitos infinitamente armados, sin nada que temer; ahora lloraban en las fronteras de los pocos países subdesarrollados a los que aún no había llegado aquella pandemia para que les dejaran  entrar y tratar de escapar de la muerte que avanzaba a velocidad apocalíptica.

Así fue como Edgar un militar de las Guardia Nacional Bolivariana, un hombre joven de muy poca lectura, de vocabulario bastante simple y de actitud agrandada por el uniforme,  estaba  en una de las “unidades de cuarentenas”, estas unidades obligaban a los inmigrantes que lograban entrar en el país, a que pasaran a la “unidad de cuarentena”, donde médicos y expertos, nacionales y extranjeros, sometían a los recién llegados a una serie de pruebas, antes de darle la tarjeta verde para pasar a nuestro país. Por otra parte si les daban una tarjeta roja eran retrasmitidos a otro lugar para ser “tratados”.

Se escuchaba entre rumores y cuentos de caminos, que los militares por veinte mil dólares, dejaban pasar a los inmigrantes sin la cuarentena necesaria, sin revisión, básicamente les dejaban pasar y ya. Cosa que el gobierno fingía ignorar y que negaba públicamente, pero que por supuesto no lo hacía, de hecho, los cargos más altos se quedaban con gran parte de esos veinte mil que recolectaban.

Por otra parte tenían un escuadrón de asesinos que disfrazaban de hampa común (ladrones de baja monta), pues no eran tan idiotas como para arriesgarse a dejar pasar a un enfermo que infectara a la gente, no porque se preocuparan de la gente sino porque en aquella realidad tan nefasta, sus hijos y sus familiares de hecho, tenían que vivir en el país, el enviarlos al exterior a disfrutar de los que ellos robaban ya no era una opción. Ya no había países en el extranjero donde mandar a los familiares de los políticos y de los más adinerados, ahora solo había bunkers resguardado por mercenarios.

***


Edgar fue ese día a trabajar con un ligero dolor de cabeza pues había pasado la noche  bebiendo y bailando. Si, así eran muchos en aquellas tierras, el mundo se cae a pedazos pero si alguien cumple años, pues que les den alcohol y pongan música, y el mundo que si quiere que se vaya al carajo. O como es que en medio de tantos problemas sociales, corrupción y  noticias aberrantes la gente seguía sonriendo y diciendo que nada estaba bien pero que al menos seguían vivos.  

Desde la caída del internet, un par de años después del gran brote, las pocas estaciones de radio que aún seguían operando transmitían algunos mensajes desesperados llamando a tomar medidas preventivas para evitar la hecatombe zombi en aquellas tierras, las otras solo transmitían casi exclusivamente propaganda política y una buena pachanguita para que la gente siga bailando.

Si, sé que es absurdo que en medio de un apocalipsis zombi, haya algún gobierno bananero tratando de vender la idea de que ellos siguen luchando por la gente, y que sin ellos estarían perdidos, cuando la verdad era que ellos utilizaban el ochenta por ciento de los recursos en lujos propios innecesarios y el otro veinte en propaganda y represión, pero que se puede decir, así son algunos de nuestros gobiernos bananeros salvadores de la humanidad y la gente que los soporta.

Habían arrestos por todos lados, fusilamientos sin juicios previos, la gente desesperada por la escasez de comida, cortes casi a diarios de la energía eléctrica, y solo los lugares con asentamientos políticos o militares tenían energía eléctrica, los demás en penumbras, velas o lo que sea; el agua corriente solo se encontraba en algunas partes privilegiadas, los demás tenían que ir a los ríos o donde fuese que consiguieran. La situación no era muy diferentes a los países arrasados por la mega pandemia, solo que, al menos aquí en Valle Alegre, no habían zombis, o mutantes. Si, los índices de criminalidad eran abismales, la situación era tan caótica como el cualquier parte del mundo, solo que no por muertos vivientes, sino por mala a administración, corrupción, egoísmo y una ignorancia generalizada y blindada.

Edgar estaba casado y tenía dos hijos con la que él llamaba su esposa (pero con quien nunca se había casado), en su casa habían tres niños, dos hijos de él y una hija de ella que había tenido con otra pareja. Carlos tenía otros cuatro hijos con otras dos mujeres, dos eran mayores que los hijos con su actual pareja Yelitza y dos eran contemporáneos, ósea que embarazo a la que era su mujer a Yelitza y a la querida al mismo tiempo, por cierto la querida era prima de Yelitza, Jessica. Su primera esposa murió en manos del hampa y su suegra y se había llevado a los hijos de Edgar al exterior, desde hace un mes él no había sabido nada de ellos.

Si, sé que es un poco engorroso y caótico pero que te puedo decir, es un apocalipsis zombi. ¿Qué esperaban?

Se había un montón de mujeres barrigonas, en realidad las mujeres en edades fértiles, ósea desde la primera menstruación en adelante, estaban embarazadas, no habían hospitales, fábricas de pañales, de talco, pediatras o padres responsables, ni nada por estilo; pero eso no le quitaba el libido a los habitantes de Valle Alegre, de hecho, se había hecho común el pensamiento de que estábamos en las puertas del fin de la humanidad así que, había que aprovechar. ¿Qué? ¿Buscar una cura? ¿Levantar muros? ¿Invertir tiempo y esfuerzo en capacitarse en supervivencia? ¿Quitarse de encima el gobierno bananero? No, había que aprovechar para, ya sabes, tirar. Si ¿Qué te puedo decir? es un apocalipsis zombi tenían que disfrutar el poco tiempo que les quedaba.

Edgar con el dolor de cabeza de la resaca acababa de llegar al aeropuerto en el que debía prestar servició. Debía estar a las siete de la mañana y a esa hora estuvo, bueno a las siete y veinticinco que es casi lo mismo. Llegó, firmo la lista de asistencia mintiendo en la hora, obvio los veinte tantos minutos de retraso, dejó el cuaderno en su sitio y se fue directo a la cafetería a desayunar, estuvo en su puesto, en el que debía estar a las siete en punto a las nueve, y sin ningún tipo de vergüenza, pues el supervisor llegó a las once, así que no notó su ausencia.

            Sé que suena descabellado tratar de seguir funcionando con normalidad en medio de un apocalipsis zombi, pero antes del apocalipsis estaba instaurada una dictadura comunista, y la verdad es que estaba el país estaba casi igual que antes del brote ósea casi completamente en ruinas pero de alguna forma ellos habían encontrado la manera de aceptarlo y acostumbrarse. Así que cuando llegó el brote pandémico, la cosa no cambio mucho para los habitantes de Venezuela.

Les llamaron para contener a los inmigrantes que llegaban en el aeropuerto, básicamente las labores de las FANB eran esas, servir de contención en el aeropuerto, represión a los desesperados por hambre que llamaban apatridos insurgentes, cosas del tipo dictadura a las que para desgracia ya estaban acostumbrados.

Fue junto con unos compañeros de milicia, estaba un montón de gente agolpada en el aeropuerto siendo retenida por barreras de metal y alambres de púas, las que antes usaban para reprimir las protestas y esas cosas que los gobiernos comunistas y no comunistas les cuesta tolerar. Militares con rifles tipo FAL resguardaban que nadie excediera los límites, dando golpes y quitando aquí un celular, allá una gorra, por aquí un reloj, etc. Otros tenían escopetas, rifles de asalto, revólveres calibres treinta y ocho, porras, cuchillos, etc.

Edgar llegó a su puesto o donde le indicaron a gritos que debía colocarse y en medio de esa masa apretujada de gente se fijó en una hermosa chica de cabello negro y ojos azules, se le veían grises, quedo como hipnotizado por un par de minutos, él había visto mucha gente hermosa en toda su vida pero aquella cara, aquellos ojos, aquella perfección lo dejaron atónito.


Se decidió en ese mismo segundo que la quería montar… en un carro y ayudarla. No sabía porque pero aquella mujer le parecía demasiado hermosa y se sentía obligado a colaborarle y que aquello lo llevara a donde sea pero con que sea con ella. Que lindos serían unos niños suyos con aquellos ojos hermosos. Pensaba mientras le hacía señas con la mano para que se le acercara. No fue fácil tuvo que abrirse paso a codazos, entre la gente. Al acercarse le hablo con un inglés de acento británico, Edgar con un inglés de secundaria venezolana no le entendió ni una sola palabra. Pero a través de mucho esfuerzo y señales se hizo entender y logró sacarla de ahí.

jueves, 5 de noviembre de 2015

Indie Gamres the movie


La naturaleza de este blog no es de ser lo que esta de moda en miles de paginas, como una especie de farándula de los vídeojuegos. La naturaleza del blog es poder publicar novelas que tenía tiempo escribiendo y las que recientemente escribo que son homenajes a los vídeojuegos que marcaron mi infancia, para los que quisiéramos algo más de Mega Man, de Halo, de GTA, Etc. Y que lamentamos no ser parte del equipo que participo en la creación de estas obras.

Lejos de alardear de ser original en un "WEB" en donde pareciera que ya todo se ha hecho y que todo es una copia de una copia de la copia, mi objetivo es aportar, sumar, agregar.

hay juegos que no sobrevivieron el salto de una consola a otra, como Banjo Kazooie, por ejemplo. Pero en su momento, fueron juegos que simplemente hicieron mi vida llevable y hasta cierto grado maravillosa. Sé que si eres un apasionado de los vídeojuegos, los libros y las películas como yo, más de una vez fantaseaste con hacer cine, juegos o escribir. Yo no fantaseo ya con esas cosas, ahora las estoy haciendo realidad, me tome el tiempo que me tome.

Esta película es de gente que vive "el sueño", estamos en la era en que los gamers melancólicos(los viejos) nos refugiamos en los juegos "indie" para encontrarnos con esas raíces que nos recuerdan lo que nos gustaba y nos sigue gustando de los videojuegos. Ese todo de ellos y no solo una parte(los gráficos).

Leyendo una declaraciones de unos de los altos ejecutivos de la Nintendo, no pude sino sentirme identificado con sus palabras. Las parafraseo un poco: estamos buscando innovar y hacer cosas diferentes que ya es mucho decir, teniendo en cuenta que la competencia, lo que ha hecho es, los mismos juegos en distintas cajas.

Y si, reconozco (y estas ya son mis palabras) que la Nintendo ha venido cometiendo errores terribles en el desarrollo de juegos, pero a ves muchas ideas estúpidas son los bloques llevan a una genialidad. No culpo a las compañías triple A, ellas tienen que mantenerse vendiendo y en ese sentido son muchos empleos los que están en juego, así que ellos seguirán utilizando las formulas que le dan resultados, esas formulas que algunos detestamos intensamente. Sin hipocresías hay muchos juegos triple A de hoy día que son desde ya, clásicos.

La verdad es que espero que la Nintendo siga en esa búsqueda de innovar y que sobrevivan a la crisis económica, se que la Microsoft y la Sony están de moda(y por méritos) pero no me quiero imaginar un mundo sin la Nintendo, todo gamer nostálgico de los años 80 para acá, creo que se sentirá igual al respecto.

El creador(o director) de "Beyond Two Souls" David Cage dijo algo con lo que estoy de acuerdo con él en la esencia pero no en la forma. David Cage afirma que los videojuegos deberían ser obras de arte(para mi, muchos ya lo son) pero que aún están lejos de serlo y es por elementos clichés de los juegos como jefes finales y avanzar apunta de armas, luego dice que reconoce que ya hay obras de arte entre los juegos y menciona a ICO de Fumito Ueda(Eres grande Ueda).

Claro que este amigo(David Cage) se contradice, pues ICO tiene un jefe final y te abres paso a punta de palazos, luego Fumito hizo Shadows of the Colossus y no hace falta decir nada más. Me parece que escogió muy mal el nombre de Fumito para hacer su punto.

Yo creo que los juegos están llamados a ser, la expresión artística final, la que reúna en una sola obra escritores de la más alta talla, a los más destacados músicos, diseñadores y artistas plásticos, etc, En una sola obra, entiéndase, en un Final Fantasy(que viendo por donde van lo dudo), en un Metal Gear, En un Mario o Zelda, etc.

Si, sé que no he dicho nada de la película, pero es que es pecado hacer "spoiler", simplemente puedo decirte, vela, analizala, disfrútala, y si al igual que yo te desafía a creer que si es posible aportarle algo a este mundo de juegos, entretenimiento e historias que tanto amamos, entonces adelante.

Creeme estamos necesitando tus ideas, tus historias, tus personajes, tus sueños.

domingo, 11 de octubre de 2015

Skyrim (Parte 1)(PRIMER APORTE)

Primero que nada, quiero agradecer a EfraMax por su aporte. De verdad esta genial y super interesante este Tributo, uno de los títulos modernos que por cuestión de tiempo no he podido jugar, pero se que es de los mejores y tiene su séquito. Mil gracias. 







SKYRIM (Homenaje)
Capítulo 1: Refugios



Miré a mi compañero Kham con gran temor, no sabíamos que harían con nosotros, los soldados sujetaban fuertemente las espadas preparándose por si alguno intentara algo imprevisto. El carruaje donde nos transportaban tenía como destino llegar a Carrera Blanca, ahí tendríamos nuestra sentencia, estaba algo tranquilo mi compañero y yo éramos unos simples viajeros que terminaron en un mal lugar, simplemente se darían cuenta y sin nada que tener en contra de nosotros nos dejarían marchar. Los Imperialista (Legión Imperial) y los Capa de la Tormenta habían tenido un enfrentamiento a muerte, terminamos Kham y yo acampando cerca en unos de los campamentos de los Capa de la Tormenta (vaya suerte), obviamente los imperiales habían ganado y habían capturado a un importante comandante de “Ulfric Capa de la Tormenta” líder de los rebeldes junto con algunos de sus soldados que sobrevivieron. Kham y yo habíamos corrido lo más rápido que pudimos hacia una colina para escondernos al ver los imperiales llegando al campamento con sus espadas en mano y sus caballos, pero nuestras ganas de ver la pelea nos ganó y nos quedamos a observar, pero después del enfrentamiento cuando habían capturado a los sobrevivientes un oficial nos vio a los lejos y dando aviso dos soldados fueron en nuestra dirección a caballo, por lo que evitamos correr sabíamos que era inútil y fuimos capturados junto a los rebeldes.

- Oye Eneas deja de pensar un poco, ¿a caso no estás preocupado?, deberíamos planear como salir de esto – Me dice Kham empujándome con su hombro.

- ¿De qué te preocupas Kham?, no debemos temer, ¡no hicimos nada, por lo tanto no debemos estar preocupados!

- ¿Enserio crees eso?, a ellos no les importaría matar a unos extranjeros como tú y yo, creo que a nadie le importaría dos extranjeros muertos – Dice Kham con toda voz que un soldado le ordenó que se callase.

- Bueno, por lo menos pudimos vivir grandes aventuras como soñábamos desde pequeños, ¿no amigo? – Dije sarcásticamente.

Kham había captado el sarcasmo por lo que prefirió no seguir hablando, pasaron algunas horas y llegamos a un pueblo pequeño, al parecer se detuvieron porque habían problemas en el camino por lo que decidieron hacer la sentencia en dicho pueblo, les urgía eliminar a los rebeldes por lo que querían hacerlo lo más rápido posible pero bajo las reglas, afortunadamente (o desafortunadamente) había un comandante en el escuadrón por lo que se hizo cargo del tema, nos bajaron del carruaje a todos éramos cinco en total, nos pusieron en fila, Kham me miró con cara de preocupación. El comandante se detuvo frente a todos nosotros y con voz fuerte dijo:

- Soy el comandante Kerim, me haré cargo de sus sentencias y ustedes saben muy bien los que les espera, hemos capturado al temible “Ulfric Capa de la Tormenta”, ¡acabaremos esto aquí y se acabará su ridícula ideología! – Los rebeldes no decían nada, además que parecían estar preparados para la muerte y eso me comenzaba a preocupar. El rebelde más “importante” fue el primero en pasar frente al comandante, lo vio por un momento y le dijo unas palabras que no llegué a escuchar, no le di importancia.

- Traigan mi espada, ¡rápido! – Ordenó el comandante Kerim – Ahora, el primer afortunado serás tú, ¿qué te parece? – Dice el comandante mientras señalaba a uno de los rebeldes, el rebelde se limitó a gruñir.

Las personas del pequeño pueblo comenzaron amontonarse a ver el “espectáculo”. El comandante Kerim agarró la espada con las dos manos y con todas sus fuerzas decapitó al rebelde poniendo fin a su vida. No sé quiénes eran los rebeldes pero muchos de los imperiales parecían odiarlos y muchas de las personas que vinieron a ver el escenario aplaudían, y gritaban victoriosos por la muerte del primer rebelde, después de ver tan desagradable suceso mis nervios se apoderaron de mi cuerpo y mi compañero Kham me miraba con gran temor. Después de la horrible muerte del rebelde siguieron los dos rebeldes restantes que habían sido capturados, no dijeron una palabra muriendo en silencio, parecía que estaban preparados para morir. Era el turno de Kham y después seguía yo, mis nervios se apoderaron de mí como nunca antes, Karim posicionándose frente a nosotros dijo con voz gruesa:

- ¿Quiénes son ustedes?, no parecen unos rebeldes de Capas de la Tormenta – Preguntó el comandante confundido.

- Me llamo Eneas y él es mi mejor amigo Kham, somos viajeros con ganas de vivir aventuras – Dije tranquilamente.

- Vinieron al peor lugar para “vivir aventuras” ¡esto es Skyrim Chicos! Y aquí los viajeros no tienen mucha suerte si no conocen esta tierra

- No se preocupe señor, nosotros hemos enfrentado toda clase de peligro – Dijo Kham confiadamente.

- En realidad que son nuevos aquí en Skyrim, ¿ustedes han visto un dragón en toda sus vidas?

- ¿¡Un dragón!? La leyenda cuenta que los dragones están extintos, no se ha visto uno en siglos – Dije con voz alta

- ¡Baja la voz Eneas! Aunque ustedes no hayan visto un dragón la leyenda no es cierta, aquí en Skyrim hay muchos de ellos y la gente de aquí llora por la pérdida de seres queridos, hace unos días un dragón atacó una aldea no tan lejos de aquí y muchos no tuvieron suerte, sólo hubo un sobreviviente y el pobre ha perdido la cabeza y no logramos obtener información exacta de lo sucedido. En los últimos años los dragones han atacados muchos pueblos, la gente está muy nerviosa por lo que podrías por favor no mencionar la palabra “dragón”.

- Entonces si es cierto que hay dragones, ¿oíste eso Kham?, ¡aquí en Skyrim vamos a vivir verdaderas aventuras! – Dije con mucha emoción

- Tienes razón Eneas, aquí podríamos conseguir lo que tanto hemos buscado

- No tienen idea de lo que desean – Dice con toda seriedad Kerim

- No se preocupe comandante Kerim, nos hemos preparado toda nuestra vida para este momento, por supuesto que dragones es sorpresa para nosotros y es algo inesperado, pero no será un problema realmente, sólo queremos ver dragones no pelear contra ellos – Comenta Kham con toda confianza.

-Como ustedes digan. Bueno, nos hemos desviado del tema, no veo como ustedes pueden ser una amenaza, son simples aventureros que pronto van a morir si siguen deseado ver un dragón. Se pueden ir y seguir sus caminos, pero les advierto algo cuando vean a un dragón corran – Nos advierte el comandante Kerim mientras se marchaba del lugar volviendo a su pelotón.

Kham y yo nos pusimos en marcha siguiendo el camino sin saber donde llegaríamos, no quisimos comprar caballos ya que necesitábamos el dinero para establecernos en una posada en el próximo pueblo que encontremos, nuestro dinero se estaba acabando y eso nos estaba comenzando a preocupar. En el camino pudimos ver muchos soldados imperiales trasladando prisioneros llevándolos con la mano atadas y rodeándolos por cada extremo sin dejarle una vía de escape, nos preguntábamos que harían con ellos, cuál era el final de esos prisioneros. Después de unas 2 horas de larga caminata, Kham se detiene en seco me detengo seguidamente y mirando a Kham fijamente le pregunto:

- ¿Qué sucede, por qué te detienes? – Pregunto con mucha inquietud. No obtengo repuesta, su mirada estaba perdida en el oscuro cielo y yo sin poder ver nada le pregunto nuevamente pero siguía sin contestar. Cuando me disponía a darle una bofetada para que se le quitara lo que sea que tuviera escucho un fuerte rugido que provenía desde los cielos, al escuchar semejante ruido levanto mi mirada y quedo petrificado con lo que mis ojos observaban, no lo podía creer simplemente miraba sin poder mover un solo músculo de mi cuerpo.

El dragón volaba en círculos haciendo un sonido que no me imaginaría que le haría a mis oídos si estuviera cerca de semejante monstruo, Kham y yo solo observábamos lo que hacía el dragón, no entendíamos por qué estaba volando en círculos sin hacer más nada pero nos cogió de sorpresa al ver al dragón, de repente, de la nada volar en dirección a nosotros con toda rapidez, Aquella criatura era magnifica, era aterradora, su cara cubierta por lo que parecía una piel impenetrable, aquellos ojos furiosos asi cerrados para protegerlos de la velocidad con la que se nos acercaba, la extensión de sus alas era algo tan sublime y hermoso que una parte de nosotros quería correr pero otra parte de nosotros solo quería disfrutar del majestuoso vuelo de aquel rey de los aires, de aquel predador sin igual: ¿Predador? entonces la presa somos...

Kham al ver que el dragón se acercaba aún más pudo reaccionar y gritó a toda voz “¡¡Corre!!” al escuchar su grito pude reaccionar yo también y comenzamos a correr con todas nuestra fuerza, sólo escuchaba las grandes alas del dragón azotando los aires y se escuchaba cada vez más de cerca, mis nervios tomaron el control de mi cuerpo, no sabía qué hacer solo corría sin mirar atrás, sin mirar que tan cerca estaba el gran dragón. Lo siguiente que pude observar al fijar mi mirada en Kham era ver como el dragón lo agarraba con sus gigantescas garras empujándolo fuertemente contra el suelo, seguidamente dirigió su boca al cuerpo de Kham y con mucha fuerza lo masticaba como si nada. Sin poder creer lo que estaba viendo, seguí corriendo con todas mis fuerzas, mi mejor amigo había muerto a manos de un dragón y no pude hacer nada.

Cuando me concentré en lo que estaba frente a mi pude observar un pueblo a lo lejos, lo que hizo que mi adrenalina se disparé, fijé la mirada al dragón que se encontraba a mi espalda y pude ver que no estaba más en el suelo, subí mi mirada y lo pude ver estaba siguiendo mis pasos, el pánico se apoderó de mi. Cada vez me encontraba más cerca de aquel pueblo, la bestia volaba por encima de mi sin bajar lo que me tranquilizaba un poco, al estar ya en las puertas del pueblo, los guardias al ver semejante dragón en los cielos dieron aviso a los demás y con sus escudos, flechas y lanzas salieron a combatir al dragón, uno de ellos me dijo que corriera y me resguardara en una de las casas por lo que no lo dude ni un segundo. Al entrar al pueblo todas las puertas y ventanas de las casas estaban selladas, no sabía a dónde ir, el dragón cada vez más hacía un fuerte rugido y eso me desesperaba,

oí una voz que gritaba “¡por aquí extranjero!”, pude ver a los lejos un pueblerino haciéndome señas para que fuera hacia él y sin dudarlo corrí a donde se encontraba aquel hombre, poniéndome a salvo dentro de su casa me tranquilice un poco.

- Muchas gracias por ayudarme, me llamo Eneas Athanasi – Me presento respirando fuertemente por la corrida.

- Mucho gusto Eneas, yo me llamo Dan Bogdan. Esta es mi familia – dice señalando a cada uno de ellos – ella es mi esposa Yarith y mi hijo Boris. Te puedes quedar aquí hasta que acaben con el dragón – Dijo Dan con mucha amabilidad. Al mencionar al dragón recordé lo sucedido con Kham y sin fuerzas me deje caer al suelo tapándome la cara, Dan al verme me levantó y me sentó en una de sus sillas.

- ¿Qué te sucede Eneas? – me pregunta su esposa Yarith

- Mi mejor amigo murió asesinado por ese dragón, sucedió muy rápido, estábamos escapando del dragón. Y en un instante, lo vi debajo de las garras del dragón y no hice nada, sólo seguí corriendo tenía mucho miedo. ¡Dejé que mi mejor amigo muriera! – Mis lágrimas comenzaba a salir.

- No te preocupes Eneas no podías hacer nada, estabas desarmado ¿o acaso pensabas pelear contra el dragón con las manos vacías?, no es tu culpa – De repente tocan la puerta con dos golpes – Ya se fue el dragón, ese es uno de los vecinos avisándonos que el dragón se ha ido, no hay nada que temer ahora – Me tranquilizó Yarith.

- Ahora que el dragón se ha ido ¿qué piensas hacer Eneas? – Me pregunta Dan mientras me pasaba una bebida que había preparado. Al tomar un poco, despejé la mente y lentamente pero con mucha ira dije:

- Sólo me queda por hacer una cosa. Vengar la muerte de Kham.