Resident Evil Venezuela
Capítulo III
Al areopuerto… ¿o mejor regreso casa?
Edgar comenzó a trotar en
dirección al aeropuerto aún estaba bastante lejos para ir a pie. Pero igual él
quería cumplir con el llamado del deber, aunque una gran parte de él le decía
que se volviera con su familia .
La gente desesperada le
gritaba que le ayudara, que por favor hiciera algo, algunos simplemente lo
miraban con miedo del Fusil que llevaba a cuestas, cruzándole el pecho. Edgar
estaba en buena forma porque de un tiempo para acá, el entrenamiento era
obligatorio y después
de una hora trotando, Edgar aún se encontraba a dos horas de camino del
aeropuerto cuando escucho una tremenda explosión a lo lejos. Estaba todo
sudado, cansado, con hambre y de paso cada vez más asustado. A su lado pasaba
gente ensangrentada, gente llorando desesperada, mucha gente de distintas
apariencias, blancos, negros, morenos, chinos, rubios, etc.
En eso a lo lejos vio gente
tirada en el suelo revolcándose, siendo atacadas por más gente, aquello era de
pesadilla, él solo había visto situaciones así en las colas para comprar
comidas a precios regulados, pero por mucho que se caían a golpes, no se
mataban a mordiscos.
Él supo inmediatamente lo que tenía que hacer, mando todo al carajo y se emprendió el camino de vuelta a casa, si todo se estaba yendo al carajo él tenía que estar con su familia. En eso una chica adolescente se le sujeto del brazo y llorando le pidió a los gritos que ayudara a su papá por favor. Edgar, la miró y calculo que tendría menos de veinte años. Le dio lastima verla tan desesperada.
Está bien mamita, tranquila
cálmate, yo voy a ayudarte. Dime ¿Donde está tu papá?— Le dijo mirándola a los
ojos.
Es aquel que esta allá tirado en el suelo, esos dos idiotas lo están atacando. Se dio cuenta por el acento que era extranjera, era muy hermosa.
Era un hombre como de cuarenta y tantos años, de cabello prematuramente canoso y delgado, estaba tirando en el suelo boca arriba defendiéndose con manos y piernas de un gordo alto con los ojos blancos y los labios llenos de sangre la mancha de sangre llegaba hasta el pecho, su cuerpo estaba muy herido, le faltaban pedazos de carne, tenía huecos horrendos, estaba tratando de comérselo vivo o al menos morderlo, el otro era un muchacho delgado, en camiseta, gorra y lentes oscuros que no se le veían heridas, parecía tantear de vez en cuando al padre de la chica.
Edgar en un principio le pareció confuso aquello pero luego se dio cuenta de lo que estaba viendo, al padre de la chica lo estaba atacando uno de los zombis de los que hablaban los rumores y el otro era simplemente un ladrón aprovechándose de la situación para robar al extranjero, aquello le dejó sorprendido y enojado.
Edgar corriendo hacia la
escena con la chica siguiéndole los pasos, levantó el Fusil, le quito el seguro
y disparo dos veces al aire. El primer disparo hizo que el ladrón, volteara
blanco del miedo y en un pis pas, ya había desaparecido corriendo, el gordo ni
se inmuto.
Edgar se terminó de acercar corriendo y le dio una patada en la cara al gordo que estaba encima del padre de la chica, este cayó de lado, y antes que siquiera pudiera intentar reponerse Edgar había visto suficientes películas de zombis para saber dónde apuntar. Le voló la cabeza al zombi que quedo inerte en el suelo.
La chica se acercó al señor llorando y gritando, párate papá rápido, le sujeto por la mano y lo ayudo a ponerse en pie. Desafortunadamente tenía una herida en una de sus manos y en el hombro izquierdo.
Se volvió hacía el señor y le pregunto cómo estaba, este no le respondió nada, ni le dio las gracias ni nada, solo agarro a la chica del brazo y le dijo nos vamos, sígueme. hizo lo que a Edgar le pareció una estupidez. Empezó a bajar por una pendiente que quedaba al lado del camino. El trato de detenerlo, de hablar con él para que lo siguiera pero no hubo manera, de hecho en ningún momento este hombre lo miro ni nada.
Edgar se quedó viéndolos
mientras bajanban la pendiente, la chica tenía un short corto de jean recortado
que terminaban es hilachas y la chica tenía piernas largas y delgadas. Edgar la
miró alejarse un poco apenado y sintiendo lastima Se estaban alejando cuando, escucho otra vez
los chillidos del ladrón que venía en la dirección en la que desapareció corriendo.
Solo pensó que te jodan, mal nacido coño-e-tu-madre. Que en vez de ayudar al señor lo estaban robando animal de mierda, pensó con ira e indignación.
Otro grito a lo lejos, en ese momento miró hacía la bajada por donde la chica y su padre habían partido. Vio al señor tirado en el suelo forcejeando con otro sujeto que parecía infectado y cuatro más se acercaban desde distintas direcciones, los tenían rodeados, la chica ya había emprendido su carrera hacía el gritando que le ayudara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario